LA CALLE ES MÍA, TAMBIÉN

Soy una tía normal, lo prometo. Ni estoy maciza ni soy un cardo, del montón, en serio.
Hoy he hecho el trayecto de 10 minutos al supermercado con «maruja style»: moño verdulero y carrito de la compra. No considero que esto sea atractivo para nadie, la verdad. Pues en ese plan he recibido mi hostigamiento callejero del día.

La conclusión es la de siempre: NO te hostigan porque vayas con minifalda, con escote o con mucho maquillaje, lo hacen porque el tipo de turno que se te cruza necesita ese día su chute de REAFIRMACIÓN masculina. Y nada más, y nada menos.

Luego si ante este acoso te dan 5 segundos de misandria ya están los comentarios de que eres una revanchista y «haces mucho daño a la causa». TÓCATELO, A DOS MANOS. Considero que el no haberle tirado a la cara una lechuga ya ha sido suficiente esfuerzo por no dañar la causa, qué queréis que os diga…

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