El viernes por la noche tocó fiesta, la fiesta de las sábanas blancas en el hostal con seguridad de la hucha de la Barbie, porque estábamos todas molidas de viaje, ponencias, talleres, observación de estrellas… Las pilas cargadísimas el sábado por la mañana, eso sí, con tostada tamaño pueblo (Salobreña, aun con sus guiris, es un pueblo); la compañera y transportista amorosa Auxi de Mujeres en Zona de Conflicto ración doble, que se devoraba los desayunos como la vida misma.
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Tocaba sesión conflictiva desde tempranito: emprendimiento, liderazgo, empresas…en un ambiente feminista. Jaleito asegurado. Folloneras que somos las feminisistas estas, con ganas de quejarnos de tó para no reventar. Manías de la gente libre, que no se la puede sacar de casa. Y YO NO IBA A SER MENOS, ¡faltaría!
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Pero empecemos por la crónica decente, institucional, de señora de bien, sobre las ponencias:
Virginia Carrera : «Corresponsabilidad en la empresa. Beneficios de los permisos iguales e intransferibles de nacimiento y adopción»
Virginia es una tía que sabe mucho de feminismo, y de administrar el tiempo también debe saber porque con todas las cosas en las que ya participaba aun se implicó en la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción. Así se convirtió en «la Pin Up de la PPiiNA» (es que su estética es muy así). ¿Aplausos?, no, creo que eran abucheos por el chiste malo y superficial…pues lo que yo decía, que sois muy quejicas, ya se sabe que las feministas no tenemos sentido del humor.
Vamos a lo importante: esta plataforma lucha por que se garanticen los derechos de maternidad y paternidad en las empresas difundiendo los beneficios a la productividad que implica el tener al personal contento y tranquilo. Para que, además, no se pueda rechistar sobre que las mujeres «perdemos» más tiempo con el tiempo de maternidad, piden seis semanas obligatorias e intransferibles para ambos miembros de la pareja (puede ser pareja homosexual, lo importante es tener el papelito firmado de que fornicáis con consentimiento institucional aunque no sea para fabricar los bebés).![parental](https://publicistafeminista.wordpress.com/wp-content/uploads/2014/10/thumb.jpg?w=700)
Personalmente creo que es una buena iniciativa pero pecando de buena, parte de que ambas personas desean cuidar…y ahí ya muchas nos sabemos que aunque empiezan a brotar los «nuevos hombres», cuando a un machirulo le das la mano te coge el brazo. Es casi inevitable que, si le das seis semanas de paternidad a un completo inútil, la cague mucho, pero esto supongo que es normal en padres y madres primerizos/as y los bebés son todos fase beta para tal fin, pero si además de inútil es un puñetero vago machista pues se pasa ese tiempo rascándose los cataplines esperando a que llegue la señora esposa del trabajo para hacer todo lo que él no ha hecho, o que llame a su mami porque para eso está la abuela, o que directamente contrate a una asistenta. Digo casi porque si se ponen asistentes sociales vigilando SE ACABABA LA TONTERÍA con esto, con la custodia compartida y con mil cosas más, pero vamos a la parte evitable que me enciendo sola: lo que no tiene sentido desde mi punto de vista es permitir que ambas personas de la pareja se cojan esas 6 semanas de permiso al mismo tiempo, le pregunté sobre esto a Virginia porque una debe estar adquiriendo poderes de bruja con tanto feminismo, pero daba por supuesto que tal cosa no podía haberse pensado así porque:
1) La criatura recibe atenciones de sus progenitores la mitad del tiempo posible, luego tiene que pasar a manos más o menos ajenas irremediablemente.
2) Así no se lucha contra los roles tradicionales. Si el tío tiene 6 semanas al bebé solito y es un hombre apañao lo hará estupendamente y disfrutára a la vez que sufrirá a su retoño/a. Si es un machirulo cabe la posibilidad de que tenga que aprender a hacer ciertas cosas por huevos, o que se quede igual. Empeorar no empeora la situación. En cambio, si están ambos cuidando al mismo tiempo hay altas posibilidades de que el tipo tenga repentinas vacaciones disfrazadas de permiso de paternidad, o en su versión light: que saque al bebé a pasear mientras la madre limpia el WC, o juegue con el bebé mientras la madre hierve los biberones…esas cosas que diferencian el cuidar en los ratos divertidos de comerse los marrones de traer un/a hijo/a al mundo.
¿Que soy muy mal pensada? Pues ojalá sea la misandria que se me está empezando a desarrollar, y no una verdad como una casa. AJOLÁ SEA.
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Alice Faveau: «El viaje a través de los ojos femeninos»
¿Hay algo más bonito que viajar?, pues parece que sí: que las mujeres del lugar, diversas, te cuenten cómo es la vida allí.
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Ese es el negocio de Alice, poner en contacto a grupos turísticos con mujeres de países lejanos para que tengamos la experiencia del aprendizaje de primera mano sobre ellos. Nada de guías con el monólogo aprendido, nada de miradas hegemónicas, va…pues donde está lo interesante.
La empresa se llama Focus on women y ya me gustaría a mi pillar un viaje de esos. Alice contó su proceso de emprendimiento y la satisfacción que le sigue produciendo el proyecto ya consolidado. Qué envidia más buena.
Concha Antón: «Diosas, santas, brujas y mandonas: mujeres con poder»
Empieza el meollo del asunto: que si liderazgo femenino sí, que no, que ese término es muy raro/feo, que si las mujeres nos amachorramos si llegamos al poder para sobrevivir entre machos y encima nos critican por machorras… ¿Lo que vimos en la ponencia de Elisa Beni?, pues se repite en la empresa. Las jefas son mandonas y unas brujas, porque hacen las cosas que hacen los jefes cabrones. Si la cuestión es siempre la misma, que las mujeres salgamos perdiendo: si no accedemos a esos puestos es que no tenemos ambición o no somos capaces; si lo hacemos menudas tiparracas trepas.
![witch shop](https://publicistafeminista.wordpress.com/wp-content/uploads/2014/10/cover7-8386.jpg?w=700)
Rosa Allegue: «Autoconfianza y pasión, un MI cóctel de éxito»
Voy a empezar por la anécdota: esta señora le dijo a un tiparraco de Samsung en Alemania mientras se formaba para promocionarse, que ni sabía hacer café ni tenía que aprenderlo para ser secretaria (el puesto que había dado por sentado el mengano) porque para lo que estaba allí era para ser su jefa.
Ya podemos seguir con el resumen de su ponencia, había que dejar claro el estupendo nivel de ovaridad [invento impunemente, ya que la RAE pasa de todo mi sexo]. Pues Rosa es una importante profesional de Samsung en España, y además mentoriza a jóvenes que quieren emprender. En estos cursos para emprendedores/as vio cómo los tíos no tienen miedo a echar su CV en todas las ofertas de empleo que encuentran aunque cumplan dos de los tropecientos requisitos exigidos, mientras que ellas se lo piensan dos, tres y mil veces antes de solicitarlo: no nos vemos capaces, es la maldición de la educación femenina, siempre tenemos que ser discretas y «apoyo de», nunca protagonistas ni proactivas… ¿os suena esto en el sexo?, porque en los negocios también podemos ser jodidas en pasivo en lugar de ser quienes jodemos.
Me gustó mucho su pasión, su ánimo a la autoconfianza, y la honestidad en la corrección de su presentación al cambiar lo que podía ser la fórmula mágica del éxito por su caso personal. Bien hartas estamos de libros de autoayuda y vendehumos con estrategias efectivas con las que, fíjate tú, no somos aún todas millonarias. Queremos casos reales y referentes reales sabiendo que cada persona tiene unas situaciones más o menos favorables, y Rosa habló desde su perspectiva personal y profesional.
Pude hablar en el descanso con ella y me transmitió este mismo ánimo para que nos hagamos notar sin vergüenza, porque ellos no la suelen tener. No empequeñezcamos nuestros progresos, porque nuestros éxitos abren camino a las demás.
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June Fernández Casete: «Píkara Magazine. Cuando el periodismo feminista se hizo viral»
Femifans manteniendo la compostura como podíamos. La emprendedora más ejemplar para las jóvenes desde, por y para el feminismo. Contó el nacimiento, supervivencia y crecimiento de la revista, sus puntos de éxito como las colaboraciones (nos puso un vídeo de Alicia Murillo, cómo va a lo seguro la tía para que disfrutemos…). También reivindicó el periodismo feminista como una especialización que debía tener reconocimiento, no se explica que el periodismo deportivo se vea con tan buenos ojos y el que defiende a medio planeta haciéndolo mejor esté en el rincón castigado. Barriendo para casa con cabeza, como nos gusta.
June me dio también un momento de sentimentalismo, vamos, que me tuve que hacer la tipa dura y no emocionarme porque ella (chiste fácil: como buena vasca) es fuerte y se contuvo al contar en el debate posterior cómo dentro de la redacción en que hizo las prácticas sus compañeros y considerados amigos chismorreaban machirulamente a sus espaldas cuestionando sus méritos profesionales con una original prueba: tiene tetas ¡y no las tapa bajo una sotana! Es duro comprobar que realmente no existen espacios seguros. Ya llegaría mi momento de los pucheros en Mentes Femeninas, pero eso va en otro post.
EL CABREO DE PUBLICISTA FEMINISTA en Mentes Femeninas
Comenzó de debate sobre empresas y mujeres, liderazgo femenino o liderazgo horizontal, capitalismo malo y que no haya mujeres en cargos de dirección peor, etc.
Tres señoras compañeras comentan la necesidad de un liderazgo diferente, que no implique la agresividad y jerarquía del poder masculino al que estamos acostumbradas y que alimenta fuertemente al capitalismo mermando nuestra autoconfianza y empoderamiento. Hablan de una comunicación no agresiva, una profesionalidad de las mujeres que sea diferente. Y la tercera compañera me da la no intencionada pero dolorosa puñalada final diciendo que TENEMOS que ser MEJORES que los hombres y no contribuir a ese liderazgo agresivo y jerárquico, etc. Paz y amor.
Mi úlcera parecía ya un Alien y tenía que salir, y había un micrófono para mi: «Apoyo mucho el mensaje de las tres compañeras que han hablado de cambiar las cosas, si ellas pueden me alegro muchísimo y las animo con fuerza, pero yo tengo 23 años y vivo en un país donde la tasa de paro juvenil está al 50% aproximadamente, trabajo con un contrato de prácticas en una empresa de únicamente hombres conservadores y que me doblan la edad y no puedo permitirme hablar con dulzura y horizontalidad porque me comen. La tercera compañera me ha transmitido muchísima presión, y no necesito más presión de la que vivo tirándome el farol de mujer segura y fuerte en una empresa en la que soy «la chica», si tengo que comportarme como una machirula comunicativamente para que no se aprovechen aún más de mi lo haré, y lo hago, y funciona hasta cierto punto. Lo que quiero decir es que apoyo el que las cosas tienen que cambiar pero, aunque no conozco vuestra situación personal es probable que por generación tengáis una estabilidad al menos un poco mejor que la mía y podáis apostar por ello, a mi me encanta, pero no me lo puedo permitir y NO PERMITO que se me señale por ello, para hacer revolución hay que tener de que comer».
Y ahí es cuando asumí que no haría amigas en el I Congreso Internacional Mentes Femeninas.
Y me equivoqué, porque eso es lo bueno de los eventos feministas, que la sororidad nunca te va a fallar.